Las madreselvas están de nuevo floridas
en un jardín lleno de variedad de rosas,
tulipanes e alhelíes de distintas tonalidades
comunicando la llegada de una radiante primavera
que me va despertando lentamente
el espíritu adormecido, como años anteriores.
La que intento me proteja para adentrarnos
en el interior de este vergel
en una cita casi estudiada
intentando llegar a un dialogo puro e intimo,
casi perdido por una intuición doliente desde hace un tiempo
y rodeados por el espíritu del entorno
que me envuelve con delicadeza, llegando a sentir aflicción
me facilita abrir el alma, dejando al descubriendo
todo el dolor que hace tiempo empecé a sentir
muy dentro de mi corazón.
Produce un dolor cegador,
el presentimiento de que ya no significa nada para ti.
Y hoy estoy pidiéndote ser escuchado
y no ser tratado como algo muy usado y sin apenas valor
tan sólo pido un beso una caricia o una mirada limpia
donde pueda verme reflejado dentro de tu interior
abandonando este sufrir tan profundo
que me quita la vida día a día y muy lentamente.
Aun recuerdo lo que fue el ayer…
cuando me esperabas al lado de un lecho
anhelante ante nuevos descubrimientos
y sin apenas aliento ante el encuentro tan deseado
para que nuestros cuerpos jugasen,
lo que ya sabían hacer cual siameses,
hasta caer desmayados en uno sólo
del goce contraído sin necesitar el tálamo
como testigo de nuestras entregas,
simplemente algo tan sencillo como el suelo
rodando entrelazados por él, ante la agitación
conseguida al encontrase y reconocerse
demostrando así una felicidad profunda.
Hoy ni tan siquiera te acuerdas de mí...
ante encuentros del mismo genero
más lozanos que yo.
Y ante eso me retiro
con una herida muy profunda
y abierta sin poder ser cicatrizada
en un corto ni largo periodo de tiempo
¡¡Sólo cometí un error!!
haberme enamorado como un imberbe de ti,
sin esperar nada a cambio
y ahora lo estoy pagando duramente
sintiéndome morir poquito a poquito
intento coger aire para respirar...
es el abandono, una muerte eminente...
La Gata Coqueta...