LOS AMORES DE LA GATA COQUETA
LOS AMORES DE LA GATA COQUETA

Los amigos son ángeles que sujetan tus alas, cuando estas no pueden recordar como volar. Anonimo











Una semilla germinada con amor, será mañana una hermosa flor...






sábado, 23 de julio de 2011

El corazón más bello en verso




Aroma de mujer

Aromas de mujer es el aliento del cerezo rosa,
es el color que brota de una linda rosa,
es la frescura de una fuente hermosa,
son mis sentimiento cuando escribo en prosa.

Es cerrar los ojos y verte en el cielo,
es de un caballero sino llora su mayor anhelo,
aroma de mujer es la luz de un amanecer,
es de una alma su más tierna fragancia,
son tus frases una dulzura cuando saludas a la distancia,
aroma de mujer es del corazón su mas bello verso,
es de su interior el mas dulce pensamiento,
es oir tu voz o pensar en ti en silencio,
es saber que existes y tu luz de cerca siento,
aroma de mujer es la brisa suave que acaricia el viento,
es ese amor incondicional que llevas por dentro,
es el que despierta una soñada ilusión,
es el que palma la llave de mi corazón,
aroma de mujer es parte de esa esencia de la vida,
aroma de mujer eres tú, encantadora amiga mía.

Escrito por Rafael Castillo

Mis querid@s e inestimables amig@s me despido por un tiempo para dedicarlo a la privacidad vacacional.

A mi regreso seguiremos acariciando la belleza de sentirse y ser mujer en toda la extensión de la palabra, mimando los sentimientos que se aferran a sentirse más amados y valorados, para aquellas almas que sobremanera tienen la autoestima un tanto resquebrajada por las acuciantes calamidades que la vida a veces depara al ser más bello y sensible de la condición humana...¡¡La mujer...!!

Un beso he puesto en mi mano para ti, y un abrazo he dejado en lo más profundo de mi ser...Cuando nos volvamos abrazar espero encontrar la misma calidez y ternura que hoy me llevo en alas de esta amistad que ha nacido sin apenas transitar el tiempo...

Tuya siempre!!

María del Carmen

domingo, 17 de julio de 2011

Sencillamente porque te amo


Te amo

Te amo de una manera inexplicable.
De una forma inconfesable.
De un modo contradictorio.

Te amo
Con mis estados de ánimo que son muchos,
y cambian de humor continuamente.
Por lo que ya sabes,
El tiempo.
La vida.
La muerte.

Te amo
Con el mundo que no entiendo.
Con la gente que no comprende.
Con la ambivalencia de mi alma.
Con la incoherencia de mis actos,
Con la fatalidad del destino.
Con la conspiración del deseo.
Con la ambigüedad de los hechos.

Aún cuando te digo que no te amo, te amo.
Hasta cuando te engaño, no te engaño.
En el fondo, llevo a cabo un plan,
para amarte mejor.

Te amo.
Sin reflexionar, inconscientemente,
irresponsablemente, involuntariamente,
por instinto, por impulso, irracionalmente.

En efecto no tengo argumentos lógicos,
ni siquiera improvisados
para fundamentar este amor que siento por ti,
que surgió misteriosamente de la nada,
que no ha resuelto mágicamente nada,
y que milagrosamente, de a poco, con poco y nada
ha mejorado lo peor de mi.

Te amo.
Te amo con un cuerpo que no piensa,
con un corazón que no razona,
con una cabeza que no coordina.

Te amo
incomprensiblemente.
Sin preguntarme por qué te amo.
Sin importarme por qué te amo.
Sin cuestionarme por qué te amo.

Te amo
sencillamente porque te amo.
Yo mismo no se por qué te amo.

Gian Franco Pagliaro

domingo, 10 de julio de 2011

Sabes que yo puedo amarte de mil formas...

*

MI AMADO INMORTAL

Dejaré que el mar arrastre mi corriente
y me conduzca sin más a la deriva,
soy agua de río dulce y del poniente,
del horizonte azul, que a la noche esquiva.

Serè gaviota buscando una escollera,
luz y retoño remontados en calma,
rumor de invierno venido a primavera,
para extirpar el dolor, que escondo en mi alma.

Fuego centellante en mi interior habita,
de desbocados destellos fulgurantes,
que por amarte mi corazòn palpita,
y de rincòn en rincòn, vibra como antes.

Sàbes que yo puedo amarte de mil formas,
porque tù siembras amor en mis regazos,
porque a la hiel en mieles la transformas,
cuando me haces fenecer entre tus brazos.

Mi amor, mi incondicion al sueño adorado,
luz de mi alma sedienta, que en paz te espera,
simiente de vida y otoño olvidado,
Mi amado inmortal, mi vida te venera.

SANDRA IGNACCOLO

sábado, 2 de julio de 2011

Cuando yo me vaya, extiende tu mano...

*


Cuando yo me vaya

Cuando yo me vaya, no quiero que llores,
quédate en silencio, sin decir palabras,
y vive recuerdos, reconforta el alma.

Cuando yo me duerma, respeta mi sueño,
por algo me duermo; por algo me he ido.

Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada,
y casi en el aire, con paso muy fino,
búscame en mi casa,
búscame en mis libros,
búscame en mis cartas,
y entre los papeles que he escrito apurado.

Ponte mis camisas, mi sweater, mi saco
y puedes usar todos mis zapatos.

Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama,
y cuando haga frío, ponte mis bufandas.
Te puedes comer todo el chocolate
y beberte el vino que dejé guardado.
Escucha ese tema que a mí me gustaba,
usa mi perfume y riega mis plantas.

Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima,
corre hacia el espacio, libera tu alma,
palpa la poesía, la música, el canto
y deja que el viento juegue con tu cara.
Besa bien la tierra, toma toda el agua
y aprende el idioma vivo de los pájaros.


Si me extrañas mucho, disimula el acto,
búscame en los niños, el café, la radio
y en el sitio ése donde me ocultaba.

No pronuncies nunca la palabra muerte.
A veces es más triste vivir olvidado
que morir mil veces y ser recordado.

Cuando yo me duerma,
no me lleves flores a una tumba amarga,
grita con la fuerza de toda tu entraña
que el mundo está vivo y sigue su marcha.

La llama encendida no se va a apagar
por el simple hecho de que no esté más.

Los hombres que “viven” no se mueren nunca,
se duermen de a ratos, de a ratos pequeños,
y el sueño infinito es sólo una excusa.

Cuando yo me vaya, extiende tu mano,
y estarás conmigo sellada en contacto,
y aunque no me veas,
y aunque no me palpes,
sabrás que por siempre estaré a tu lado.

Entonces, un día, sonriente y vibrante,
sabrás que volví para no marcharme.

De el libro "En voz baja"

Autor; Carlos Alberto Boaglio